1º Bachillerato Anatomía aplicada UD 7 El aparato reproductor


No hace falta recordar (espero¬¬) que los seres humanos tenemos una reproducción sexual. Esta consiste en la existencia de una división meiótica que genera unas células haploides (los gametos) cuya unión genera una célula diploide (el cigoto) que dará lugar al nuevo individuo.

La meiosis, con la recombinación, y la unión de los gametos de dos individuos distintos (fecundación) produce un gran aumento en la variabilidad genética de los individuos de la población y de la especie (variabilidad intraespecífica) que les permite ofrecer muchas respuestas a los cambios ambientales, evolucionar y perpetuarse en el tiempo.

En el caso de los mamíferos, y por tanto del ser humano, se distinguen dos sexos: uno masculino, que produce gametos móviles que depositará en el aparato reproductor femenino, y otro femenino, que produce gametos inmóviles que serán fecundados por los masculinos en el interior de su aparato reproductor.

El cigoto resultante de la fecundación se dividirá convirtiéndose en un embrión que anidará en el útero y será alimentado por la madre a través de la placenta hasta que esté lo suficientemente desarrollado como para sobrevivir en el exterior. Una vez en el exterior se alimentará de la leche producida por su madre, como el resto de los mamíferos. Los humanos nacen muy poco desarrollados debido al gran estrechamiento pélvico producido durante la evolución para posibilitar la marcha bípeda. Por eso sus progenitores deberán protegerlo, alimentarlo y enseñarlo durante un largo periodo de tiempo.

1. Aparato reproductor masculino

El aparato reproductor masculino está constituido por los testículos (gónadas), las vías reproductoras, las glándulas anejas y el pene (órgano copulador).





1.1. Las gónadas masculinas: los testículos

Los testículos producen los gametos masculinos o espermatozoides. También son una glándula endocrina que produce las hormonas sexuales masculinas como la testosterona.

Son dos órganos ovales que se encuentran alojados en una bolsa de piel fuera de la cavidad abdominal llamada escroto. Están divididos en lobulillos separados por la túnica albugínea. Cada lobulillo contiene dos o tres conductos pequeñísimos muy plegados llamados túbulos seminíferos en los que se forman los espermatozoides. Estos túbulos desembocan en la red testicular que conduce al epidídimo.


A partir de la pubertad, los túbulos seminíferos desarrollan el epitelio seminífero formado por dos tipos de células:

a) las células germinativas (espermatogonias) que proliferan y se diferencian formando los espermatozoides.

b) las células de Sertoli que sostienen a las células germinativas e intervienen en su nutrición.
Corte transversal de un túbulo seminífero

Una lámina basal separa el epitelio seminífero del tejido conectivo circundante; en dicha lámina se encuentran las células de Leydig que producen la testosterona (como ya estudiamos en el tema del sistema endocrino).

 1.2. Las vías reproductoras o conductos genitales

Reciben este nombre porque su función es recoger los espermatozoides que se forman en los testículos y conducirlos al exterior. Son las siguientes:

a) El epidídimo; es un tubo estrecho y alargado situado en la parte posterior superior del testículo. Tiene unos 5 cm de longitud por 12 mm de ancho y se encuentra MUY plegado (si lo estirásemos mediría 6 metros). En él se almacenan los espermatozoides para que maduren y adquieran movilidad (pueden permanecer en él hasta cuatro semanas.

Corte longitudinal

Corte transversal

b) Los conductos deferentes; son dos tubos musculares (músculo liso) de unos 30 cm de longitud. Comunican el epidídimo con los conductos eyaculadores. Durante la eyaculación el músculo liso se contrae, enviando a los espermatozoides a los conductos eyaculadores.

Observad el grosor de la capa muscular. Las contracciones son muy fuertes.

c) Los conductos eyaculadores; son dos tubos que resultan de la unión en ángulo agudo de la ampolla del conducto deferente y la vesícula seminal. Su función consiste en conducir a la uretra el esperma.

d) La uretra; es la última parte de los conductos genitales. En el hombre es un conducto común de el aparato urinario y el aparato reproductor (su función es conducir al exterior tanto la orina como el líquido seminal. Parte de la zona inferior de la vejiga, pasa por la próstata y forma parte del pene. Su longitud suele ser de unos 12 cm.

1.3. Las glándulas anejas

Estas glándulas situadas al lado de los conductos genitales se encargan de producir las sustancias que, al mezclarse con los espermatozoides, forman el semen (fluido que contiene los espermatozoides, 10%, y las sustancias producidas por las glándulas anejas y que se expulsa en el coito). Son las siguientes:

a) Vesículas seminalesestas glándulas producen el 70% del volumen del líquido seminal. Se sitúan detrás de la vejiga urinaria e inmediatamente por encima de la base de la próstata (mirar modelo 3D).
Cada vesícula seminal es un túbulo lobulado, revestido por epitelio secretor que libera un material mucoso (líquido espermáticorico en fructosa, otros nutrientes, y grandes cantidades de prostaglandinas y fibrinógeno.
Se cree que la función de las prostaglandinas es hacer más receptivo al moco uterino al movimiento de los espermatozoides y desencadenar contracciones peristálticas invertidas del útero y las trompas de Falopio para ayudar a impulsar a los espermatozoides hacia arriba.

b) Próstata; se localiza debajo de la vejiga urinaria y vierte en la uretra el líquido prostático (25% del volumen del semen). Éste líquido contiene unas sustancias (ácido cítricofibrinógenofosfatasa ácida y fibrinolisina) cuya principal función es proteger a los espermatozoides de la acidez de la vagina.


c) Glandulas de Cowper o bulbouretrales; estas dos pequeñas glándulas se encuentran debajo de la próstata y su función es producir el líquido de Cowper o líquido preseminal con funciones lubricantes que facilitan el coito. Suele tener algunos espermatozoides de la última eyaculación (por eso veremos que no debe usarse la “marcha atrás o coitus interruptus como método anticonceptivo).

1.4. El órgano copulador masculino: el pene

El pene es el órgano copulador masculino y su función es depositar el esperma en el interior del aparato reproductor femenino. Está formado por tres masas de tejido eréctil:

a) Dos cuerpos cavernosos, situados por encima de la uretra.

b) Un cuerpo esponjoso, que rodea a la uretra. La parte final es más ancha y forma el glande; esta parte está cubierta por un repliegue de piel llamado prepucio.



Corte longitudinal del pene

Corte transversal del pene

2. Fisiología del aparato reproductor masculino

2.1. La espermatogénesis

La espermatogénesis es el mecanismo encargado de la producción y maduración de los espermatozoides (gametos masculinos). Tienen una duración de 60-70 días y se extiende desde la pubertad hasta la muerte (aunque la cantidad y calidad de los espermatozoides disminuye en edades avanzadas).

Tiene tres fases:

a) Fase proliferativa; se generan muchas espermatogonias (2n) por mitosis.

b) Fase meiótica; se originan los espermatocitos (n) por meiosis (al contrario que en la gametogénesis femenina aquí los cuatro son funcionales)

c) Fase espermiogénica; los espermatocitos se transforman en espermatozoides (reduce el citoplasma, se alarga el núcleo, las mitocondrias se disponen en el cuello y los centriolos originan el gran flagelo).




Los espermatozoides ahí formados todavía no son capaces de fecundar y deben madurar en el epéndimo (como ya dijimos) en un proceso llamado capacitación. Aun así en la espermatogénesis se prioriza la producción de un enorme número de espermatozoides y solo un 25% de los mismos son capaces de llegar al óvulo con éxito.


2.1.1. Estructura del espermatozoide

El espermatozoide maduro tiene tres partes principales:

a) Cabeza; contiene el núcleo haploide (n) de 23 cromosomas. Presenta en la punta una estructura abombada llena de enzimas líticas llamada acrosoma (fundamental para poder penetrar en el óvulo).

b) Cuello o pieza intermedia; contiene a todas las mitocondrias responsables de aportar la energía para que el espermatozoide pueda nadar durante horas. También tiene el centriolo encargado de formar y controlar el flagelo.

c) Cola o flagelo; contiene el axonema con fibras de refuerzo. Es el encargado del movimiento del espermatozoide.



2.2. La erección

La erección es el proceso necesario para que el pene adquiera la dureza necesaria como para poder realizar el coito y depositar el esperma en la vagina. Podemos distinguir entre las erecciones coitales (cuando hay una excitación sexual) y las erecciones durante la fase REM del sueño.

Va a estar desencadenada por numerosos estímulos sensoriales y evocadores que son procesados por el sistema límbico.

La erección es un proceso hemodinámico causado por los cambios en los vasos circulatorios y la circulación sanguínea. En general suele tener tres periodos:

a) periodo de tumescencia; las arterias del pene se dilatan produciendo una gran afluencia de sangre al pene. Parte de esta sangre va a pasar a los cuerpos cavernosos haciendo que aumenten de tamaño. Esto provoca el pene aumente su volumen y consistencia de forma más o menos rápida

b) periodo de rigidez; la expansión de los cuerpos cavernosos presiona a las venas del pene dificultando el retorno venoso (mecanismo venoclusivo) lo que conlleva un gran aumento de presión en el pene y que este alcance su máxima rigidez y la posición necesaria para poder llevar a cabo la penetración. Esta presión se ve incrementada todavía más por la contracción de los músculos proximales que desplazan parte de la sangre hacia la parte distal.

c) periodo de detumescencia o resolución; la acción del sistema simpático provoca la contracción de la musculatura lisa que libera a las venas de la presión de los cuerpos cavernosos y permite el vaciado de sangre del pene, que retorna a su estado de flacidez.




3. Aparato reproductor femenino

El aparato reproductor femenino está formado por los ovarios (gónadas femeninas) y las vías reproductoras, que son las trompas de Falopio, el úterola vagina y la vulva.




3.1. Los ovarios

Son las gónadas femeninas. Tienen el tamaño y la forma de un almendra y se localizan cerca de las paredes laterales de la pelvis (uno a cada lado del útero) suspendidos por el mesovario (parte del ligamento ancho).

El extremo distal del ovario conecta con la pared lateral de la pelvis mediante el ligamento suspensorio del ovario. Este ligamento transporta los vasos sanguíneos y los nervios ováricos hacia y desde el ovario. El ovario también se fija al útero mediante el ligamento propio del ovario, que conecta el extremo proximal uterino del ovario al ángulo lateral del útero, por debajo de la entrada de la trompa uterina. Gracias a estas sujeciones los ovarios se mantienen casi verticalmente.


La función de los ovarios es producir los gametos femeninos (óvulos) y las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona).

Histológicamente tiene dos partes:

a) Corteza; es la parte más externa, en la que maduran los folículos ováricos. Los folículos son mayores cuanto más cerca están de la superficie; los más externos y grandes (folículos de Graaf) contienen los óvulos que están listos para ser expulsados. En el momento de nacer, hay alrededor de 750 000 folículos sin desarrollar; al llegar a la pubertad solo quedan unos 400 000 y, de estos, solo 450 llegarán a formar óvulos a lo largo de su vida reproductiva. Al contrario que el caso masculino, no se genera ningún oocito después del nacimiento.

b) Médula; es la parte más interna, de naturaleza conjuntiva y contiene vasos sanguíneos y nervios.

3.2. Vías reproductoras femeninas

Son los conductos que intervienen en los procesos de fecundación, gestación y parto. Distinguimos: 

a) Trompas de Falopio, oviductos o trompas uterinas; son dos pequeños tubos con abertura en forma de embudo (infundíbulo) situada en el extremo más próximo a los ovarios. En el borde presenta unas fimbrias que ayudan a que el óvulo entre en la trompa. Presentan una parte más ensanchada llamada ampolla y un estrechamiento, antes de llegar al útero, llamado istmo.


Recogen los óvulos liberados en la ovulación y suelen ser el lugar donde se produce la fecundación. En su epitelio interno presentan células ciliadas que van desplazando al óvulo (y al cigoto o el embrión) hacia el útero. Además segregan un líquido que sirve de lubricante y alimento.

b) Útero o matriz; es un órgano hueco de forma trombocónica en el que desembocan las trompas de Falopio. Su pared presenta una gruesa capa muscular, el miometrio, y está tapizada por una capa mucosa: el endometrio o mucosa uterina. En su parte inferior se encuentra el cuello o cérvix donde el útero se estrecha y se comunica con la vagina.
Su función es albergar al embrión y al feto durante la gestación.

c) Vagina; es un conducto elástico provisto de un epitelio glandular que segrega sustancias lubricantes para facilitar la entrada del pene. También segregan un flujo vaginal que la mantiene libre de infecciones, limpia y húmeda. En la entrada existe una pequeña membrana incompleta, el himen, que se rompe durante las primeras relaciones sexuales (o en algunos ejercicios físicos intensos).
Su función es albergar al pene durante el coito y recoger los espermatozoides. También posibilita la salida del feto al exterior durante el parto.

d) Vulva; es el órgano genital externo de la mujer. Presenta dos pares de repliegues cutáneos: los labios mayores y los labios menores.


Los labios mayores son la parte más externa, son menos sensibles y presentan vello genital. Los labios menores son mucho más finos y delicados, más sensibles y no presentan vello. Ambos aumentan su riego sanguíneo y su tamaño sensiblemente durante la excitación sexual.

En la parte superior de la vulva, donde se unen los labios internos, se encuentra la punta del clítoris; en ocasiones puede ser difícil de ver pues está cubierto por un repliegue de piel llamado capuchón del clítoris (que lo protege del roce). Con la excitación sexual aumenta su tamaño al estar compuesto de tejido esponjoso eréctil (como el que veíamos en el pene). Esta es solo una pequeña parte del órgano que se encuentra en su mayor parte en el interior del cuerpo a ambos lados de la vagina. Es el órgano más inervado del cuerpo de la mujer y su función es suministrar placer durante la excitación sexual.



En la vulva también encontramos la salida de la uretra y el introito vaginal (orificio de la vagina). En los labios de la vagina encontramos las glándulas de Bartolini que segregan fluidos para lubricar la vulva y facilitar las relaciones sexuales.


3.3. Las mamas

Las glándulas mamarias se localizan en el tejido subcutáneo de la pared torácica anterior. En la máxima prominencia de la mama se encuentra el pezón, rodeado por un área pigmentada circular, la aréola. La glándula mamaria contiene hasta 20 masas de tejido glandular, cada uno de los cuales es drenado por un conducto galactóforo que se abre en el pezón, cada conducto tiene una porción dilatada, el seno galactóforo.


Durante la pubertad, las glándulas mamarias normalmente crecen debido al desarrollo glandular y al aumento del depósito de grasa. El tamaño y las formas de las mamas son el resultado de factores genéticos, raciales y nutricionales.

En los hombres aparecen atrofiadas pero se mantiene el pezón, la areola y la capacidad sensitiva y eréctil característica los los mismos.


4. Fisiología del aparato reproductor femenino

Vamos a estudiar los siguientes procesos: la ovogénesis, el ciclo ovárico, el ciclo menstrual, la fecundación, la gestación y el parto.

4.1. La ovogénesis

La ovogénesis es espermatogénesis femenina y tiene lugar en los ovarios. En el desarrollo embrionario de la mujer, las células germinales del ovario se dividen por mitosis sucesivas formando las ovogonias (diploides). Estas darán lugar a unas células mayores llamadas ovocitos 1º (diploides) que se rodean de células formando el folículo primordial.

Alrededor del 7º mes de gestación los ovocitos inician la meiosis I pero esta queda suspendida en el diploteno hasta la pubertad.

Una vez llegada la pubertad e iniciado el ciclo ovárico se producirá la maduración de un ovocito 1º cada ciclo lunar (aproximadamente). En ese momento concluye la meiosis I generándose un ovocito 2º (haploide) que se queda con casi todo el citoplasma y el primer cuerpo polar (célula muy pequeña que se atrofia). Este ovocito 2º es lo que libera el ovario en la ovulación aunque vulgarmente se le llame óvulo (de forma incorrecta).

Si llega a producirse la fecundación ocurrirá la meiosis II formándose el óvulo (haploide) y un segundo cuerpo polar (que involucionará).


Si no se produce la fecundación el oocito 2º se elimina durante la menstruación. Cerca de 2 millones de ovocitos 1º se forman en el desarrollo embrionario, 400 000 quedan en el nacimiento y solo 400-500 llegarán a convertirse en oocitos 2º.


4.1.1. El gameto femenino u óvulo

El óvulo es la mayor célula del cuerpo humano. Es una célula inmóvil que debe ser desplazada por los cilios que tapizan las trompas de Falopio. Consta de:

a) un nucleo haploide (n).

b) un citoplasma o vitelo lleno de sustancias de reserva para permitir el desarrollo embrionario hasta el momento en que se forme la placenta y pueda empezar a recibir alimento de la madre.

El óvulo está protegido por:

a) Capa pelúcida; capa gelatinosa que envuelve y protege al óvulo.

b) Corona radiada; capa formada por las células foliculares que acompañan al óvulo y colaboran en la formación de la placenta y en la secreción de las hormonas sexuales femeninas.


4.2. El ciclo ovárico

La ovogénesis se produce de forma regular en la mujer desde la pubertad. Tiene lugar aproximadamente cada 28 días y su finalidad es la maduración y liberación de un óvulo cada ciclo. Se lleva a cabo en tres etapas:

a) Fase folicular; dura unos 14 días y se realiza gracias al estímulo de la hormona folículo estimulante (FSH), producida por la hipófisis. La FSH estimula el desarrollo de unos pocos folículos del ovario (folículo primordial → folículo 1º → folículo 2º), de los cuáles solo uno suele llegar a madurar (folículo de Graff).

b) Ovulación; consiste en la liberación del óvulo por el ovario y es estimulada por la hormona luteinizante (LH) de la hipófisis.

c) Fase secretora; una vez expulsado el óvulo, la zona correspondiente del ovario se transforma en una masa de células (cuerpo lúteo o amarillo) que produce y segrega la hormona progesterona. Al cabo de 10-12 días, si no se ha producido la fecundación, el cuerpo lúteo degenera y deja de segregar progesterona, lo que señala el inicio de un nuevo ciclo ovárico.


4.3. El ciclo uterino o menstrual

En muchas ocasiones se habla del ciclo ovárico y el menstrual como de la misma cosa dada la íntima relación entre los dos. Su finalidad es preparar al útero para alojar al embrión en el caso de que el óvulo haya sido fecundado con éxito. También distinguimos tres fases:

a) Fase menstrual, regla o período; se considera el comienzo del ciclo menstrual. Debido a un descenso brusco de las secreciones hormonales del ovario, la mucosa del útero, que ha ido adquiriendo espesor y está muy vascularizada, se desprende y es expulsada al exterior junto con la sangre de esos capilares. El flujo menstrual suele durar entre 4-5 días.

b) Fase de proliferación; la mucosa uterina se reconstruye gracias al estímulo de los estrógenos liberados por el ovario. Dura alrededor de 11 días.

c) Fase secretora; la mucosa del útero alcanza su máximo espesor y se prepara para albergar y alimentar al embrión. Tiene lugar gracias a la progesterona que segrega el cuerpo lúteo del ovario y dura unos 11 días, hasta que cesa la producción de progesterona. Si se produce la fecundación de forma exitosa, el cuerpo lúteo sigue segregando progesterona durante toda la gestación y la mucosa no se desprende.




4.4. La fecundación

Tras un coito vaginal exitoso se produce la eyaculación. En la emisión seminal masculina se liberan alrededor de 300-400 millones de espermatozoides.

Muchos mueren pronto víctimas de la salida al exterior de la vagina y del medio ácido de la misma. Pero otros sobreviven gracias a los elementos protectores del fluido seminal. Los espermatozoides pueden vivir unos cinco días y el óvulo unas 48 horas; esa es la ventana de oportunidad que tienen para lograr la fecundación.

Los espermatozoides nadarán hacia el útero ayudados por las contracciones vaginales resultado de la excitación sexual femenina. Deben atravesar el cervix que, aunque normalmente está cerrado, se mantiene abierto durante unos días mientras la mujer ovula.

Una vez en el útero se desplazaran por la mucosa uterina aprovechando “rutas o caminos” donde es más acuosa y opone menos dificultades a su avance. El útero les ayudará con contracciones que les ayudan a avanzar en su camino aunque muchos quedarán retenidos y serán destruidos por las defensas inmunológicas de la mujer.

Cuando llegan a las trompas de Falopio unos entrarán en la que contiene el óvulo mientras la otra mitad se dirigirá hacia la que se encuentra vacía. A estas alturas los 400 millones se han convertido en unos miles.

Una vez que los espermatozoides están en las trompas deben nadar en contra del movimiento de los cilios que lo tapizan. Cuando captan las señales químicas que les indican la cercanía del óvulo sufren un cambio o capacitación que les vuelve hiperactivos y aumenta su velocidad y potencia de nado. Solo unos centenares de espermatozoides siguen en la carrera a estas alturas.

Esta potencia les permite atravesar las células da la corona radiada que rodean al óvulo. Además les permite reaccionar con los receptores de la capa pelúcida y liberar los enzimas hidrolíticas del acrosoma con los que perforarán la membrana pelúcida.

Una vez atravesada esta, su membrana celular entrará en contacto con la membrana celular del óvulo fusionándose con la misma. En este momento el ovocito se activa endureciendo extraordinariamente su cubierta lo que hace que el cuello y el flagelo del espermatozoide queden fuera del óvulo e impidiendo que ningún otro espermatozoide puede fecundarlo.

En este momento se completa la meiosis del ovocito liberando el segundo corpúsculo polar y convirtiéndose realmente en el óvulo como tal. El óvulo toma el control del pronúcleo masculino y femenino. Ambos se dirigirán al centro del óvulo para dar lugar a la primera mitosis celular (momento en que se integrarán los cromosomas paternos y maternos); con esto obtendremos un cigoto diploide con la información de ambos progenitores lo que aporta la variabilidad genética deseada para aumentar las posibilidades de supervivencia de la especie.


4.5. La gestación

La gestación es el periodo de tiempo que transcurre entre la fecundación y el parto. En el mismo momento que se produce la fecundación y se forma el cigoto este va a comenzar a dividirse rápidamente mediante sucesivas mitosis, mientras sigue desplazándose hacia el útero empujado por los cilios de las trompas de Falopio.

Fotografía de un cigoto

4.5.1. Segmentación

Pronto, tras estas divisiones sucesivas, las células resultantes (blastómeros) adquieren una forma que recuerda a una mora y se llama mórula.



Fotografía externa y corte de una mórula

Posteriormente se ahuecará dejando una cavidad interna (blastocele) formando la blástula o blastocito. Este blastocito llega al endometrio uterino donde se fijará en un proceso llamado nidación, que marca el verdadero inicio de la gestación.”


Corte de una blástula

Nidación

4.5.2. Gastrulación

A partir de la blástula, por invaginación, va a formarse la gástrula. Esta presenta dos capas celulares (ectodermo y mesodermo), una cavidad interna (arquenterón) y un orificio llamado blastoporo. También se desarrolla una capa celular intermedia llamada mesodermo.


Corte de una gástrula

4.5.3. Organogénesis

En esta etapa van a formarse y desarrollarse las estructuras corporales del embrión.


4.5.4. Nidación

El blastocito va a desarrollarse originando tres estructuras diferenciadas:

a) Embrión; es la parte que se desarrollará formando un nuevo ser humano.

b) Amnios; forma una cavidad que envuelve al embrión y se llena de un líquido protector (líquido amniótico) que protege al embrión.

c) Placenta; es la zona de contacto que permite el intercambio de sustancias entre la madre y el embrión, quedando conectados ambos por el cordón umbilical. La madre cede nutrientes y oxígeno y recoge el dióxido de carbono y el resto de los desechos del embrión.

Esta unión entre la madre y el embrión ocurre una semana después de la fecundación y es lo que marca realmente el comienzo de la gestación. El cuello del útero se va a cerrar mediante un tapón mucoso para impedir la entrada de cualquier cosa desde el exterior.



4.5.5. Primer trimestre de la gestación

Se produce la implantación en el útero y las primeras fases que conducen hacia la organogénesis.

Al final del primer mes, la parte anterior del embrión se convierte en la cabeza y, en la zona ventral, empieza a latir el corazón. La parte posterior acaba en una cola. El embrión queda envuelto por el amnios y el líquido amniótico y, unido a la placenta por el cordón umbilical. Su peso es de 0,5 g y mide unos 7 mm.



Hacia el segundo mes, el embrión comienza a tener un aspecto parecido al humano. Se distinguen la cara, con la boca y las fosas nasales, y se empiezan a formar los ojos. Aparecen los brazos y las piernas con pequeños esbozos de lo que serán los dedos. Desaparece la cola. La placenta se desarrolla completamente y el embrión se nutre directamente de la madre. Su peso es de 1g y mide unos 14 mm.

En el tercer mes, el embrión pasa a denominarse feto. Su forma ya es totalmente humana y se han desarrollado todos sus órganos internos (aunque sus tejidos están sin diferenciar y todavía tienen que madurar). Su peso alcanza los 15 g y mide unos 75 mm.


Es muy frecuente que la madre tenga nauseas en este periodo del embarazo por los desajustes hormonales.

4.5.6. Segundo trimestre de la gestación

En el cuarto mes (17 semanas), el feto continua ganando peso y desarrollándose. Alcanza los 100 g de peso y mide unos 160 mm. El vientre y las mamas de la madre comienzan a aumentar de tamaño, aunque todavía de forma leve.

En el quinto mes (21 semanas), el feto se mueve activamente y es percibido de forma consciente por la madre. En la piel aparece un fino vello que recubre al feto (lanugo) y se desarrollan los genitales externos. A partir de este momento es posible distinguir el sexo del feto mediante una ecografía. Alcanza unos 300 g y unos 25 cm de longitud.

En el sexto mes (25 semanas), el feto ha crecido bastante. Ya pesa 650 g y mide unos 30 cm.

El vientre y las mamas de la madre ya han aumentado de tamaño de forma ostensible. La madre suele encontrarse en el mejor momento del embarazo: sin las nauseas del primer trimestre y sin las molestias que le causará el gran tamaño del feto en el tercer trimestre.

4.5.7. Tercer trimestre de la gestación

En el séptimo mes (30 semanas), el feto ha alcanzado un estado de desarrollo tal que podría sobrevivir si el parto se adelantara; esta posibilidad la marca el desarrollo de los pulmones que le permitirán respirar nada más nacer. Naturalmente necesitaría atención neonatal de urgencia, una incubadora y sus riesgos de padecer algún retraso de desarrollo serían mayores. Ya pesa 1 100 g y mide cerca de 35 cm.
El feto irá cambiando su postura para colocarse boca abajo (antes de ser demasiado grande para hacerlo, lo que ocasionaría un problema serio en el parto: parto de nalgas).

En el octavo mes (34 semanas), el feto va aumentando rápidamente su peso y tamaño. Alcanza los 1 700 g y los 41 cm.
Su gran aumento de peso y tamaño va generando molestias cada vez mayores a la madre dado que desplaza sus órganos internos de su posición natural y los comprime y golpea. También hace que sus movimientos sean más difíciles y agotadores.

En el noveno mes (38 semanas), el feto ha adquirido mucha más fortaleza y está totalmente desarrollado. Es el momento de que salga al exterior en el parto. Pesará unos 3-3,5 kg y medirá unos 50 cm.

Os recomiendo el documental. Está francamente bien.

4.6. El parto

Aproximadamente en la semana 40 de gestación se produce la expulsión del tapón mucoso del cuello del útero que marca el comienzo del parto. Podemos resumir lo que ocurre en tres grandes etapas:

a) Dilatación del cuello del útero; esta fase dura entre 3-12h aunque puede alargarse (especialmente en las primíparas en las que está menos dilatado).
Los días anteriores se ha ido produciendo el borrado del cuello del útero que se ha ido acortando hasta convertirse en un simple orificio para permitir la salida del bebé.
A la vez que el cuello del útero se va dilatando (pasará de 4 mm a 11 cm), el miometrio irá produciendo una serie de contracciones musculares que se van haciendo más intensas y frecuentes según se vaya aproximando el momento del nacimiento (comienzan cada 30 min y acaban dándose cada 3 min). Estas contracciones van a empujar al feto hacia la vagina. Este empuje del bebé hacia la vagina produce la rotura del amnios y la salida al exterior del líquido amniótico (rotura de aguas).
La responsable de estas contracciones y de su intensidad creciente es la oxitocina (como ya estudiamos).



Aquí podéis ver de forma sencilla la dilatación que se produce

b) Expulsión del feto; dura entre 30 min - 1 h (15-30 min en madres veteranas). El bebé va descendiendo por la vagina gracias a la fuerza de las contracciones ayudadas por los empujones que realiza la madre de forma consciente. El trabajo de preparación al parto resulta muy útil en esta fase.

El bebé comienza a salir del útero, atraviesa la pelvis y, cuando los músculos del perineo se distienden, la vagina se dilata y la cabeza aparece por la vulva. En ocasiones es necesario realizar una incisión en el periné para favorecer el paso del bebé y evitar desgarros (episiotomía) pero no está recomendado por la O.M.S. El uso indiscriminado de esta medida. Una vez que la cabeza está liberada, salen los hombros y finalmente el resto del cuerpo.
El feto asoma la cabeza en primer lugar. Si no sucede así, el parto se complica y el ginecólogo debe girar al niño en el interior del útero o practicar una cesárea y extraerlo quirúrgicamente. Esto es debido a que en un parto de nalgas el niño puede verse privado de oxígeno durante un periodo de tiempo largo (al quedar el cordón umbilical comprimido) provocando graves retrasos mentales e incluso la muerte.
Tras la salida del niño, se pinza y se corta el cordón umbilical, se le examinan y limpian las vías respiratorias, y se le somete a un examen rápido. El cordón umbilical se caerá solo y dejará una cicatriz para toda la vida (el ombligo).
Una vez examinado al bebé y descartadas complicaciones lo aconsejable es que se coloque al bebé piel con piel con la madre para aliviar el stress de ambos y que empiecen a desarrollar sus vínculos de afecto.



c) Alumbramiento; pasados unos minutos del nacimiento, el útero se contrae al haberse quedado hueco. Esto facilita que la placenta se desprenda de la pared del útero. La madre sufre nuevas contracciones expulsando la placenta y el cordón umbilical. Esta fase no requiere que la madre haga esfuerzos extra y es menos dolorosa.

Los sanitarios examinarán la placenta con atención para asegurarse de que está entera y no ha quedado ningún resto en el útero (lo que podría ocasionar una grave infección). Una vez hecho esto el ginecólogo suturará cualquier desgarro que se haya producido (o la episotomia si ha sido necesaria).
Por último los sanitarios comprobarán que el útero se ha contraído bien y que no hay un sangrado inusual y limpiarán y desinfectarán la zona genital de la madre. Una vez finalizados estos trabajos se la trasladará a su cuarto.


Vídeo claro y sencillo. Está en inglés así que poned los subtítulos y la traducción automática al español si la necesitáis

En los dos primeros días después del parto, estimuladas por el llanto y la succión del bebé, las glándulas mamarias de la madre producen un líquido muy nutritivo y rico en anticuerpos que protegerán al bebé de las infecciones, llamado calostro. A partir del tercer día empiezan a segregar la leche materna.


















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