Como ya vimos al principio de curso, el sistema nervioso es el encargado de recibir la información de los sentidos (que acabamos de estudiar), de elaborar una respuesta a esta información (la que sea) y de mandar esta respuesta a los efectores (los que hacen esa respuesta: el sistema endocrino y el aparato locomotor).
a) Duramadre; es la capa más externa, resistente y está en íntimo contacto con las partes óseas del cráneo y de la columna vertebral. En el encéfalo se prolonga insertándose en los huesos craneales y forma pliegues donde se drena la sangre.
b) Aracnoides; es la capa media y emite prolongaciones filamentosas (de ahí su aspecto de tela de araña que le da nombre). Forma el espacio subaracnoideo por donde circula el líquido cefaloraquídeo.
c) Piamadre; es la membrana más interna de las meninges. Es fina, transparente y está muy irrigada. Se une íntimamente al encéfalo y la médula espinal.
El líquido cefalorraquídeo es un fluido incoloro y transparente que tiene por misión brindarle al encéfalo y a la médula espinal una protección mecánica (absorción de impactos) ante eventuales traumatismos.
Circula filtrándose a través del espacio subaracnoideo de los ventrículos cerebrales y de la cavidad espinal. Transporta numerosos nutrientes y un cierto número de linfocitos.
Dentro del encéfalo existen cuatro ventrículos. Los dos primeros se sitúan en los hemisferios cerebrales (el primero en el izquierdo y el segundo en el derecho); ambos se comunican con el tercero, que está en la parte media y este se comunica a su vez con el cuarto que aparece hacia la zona caudal a través del acueducto de Silvio.
Finalmente el cuarto ventrículo se conecta con el conducto central de la médula espinal: el epéndimo.
3.1.1. El cerebro
Es el órgano de mayor tamaño del encéfalo. Para su estudio se divide en dos grandes partes: el telencéfalo (hemisferios cerebrales) y el diencéfalo
3.1.1.1. El telencéfalo
La superficie externa del telencéfalo se llama corteza cerebral y presenta numerosas circunvoluciones (prominencias separadas por surcos) para aumentar la superficie de la misma.
Algunos autores discriminan entre surcos y cisuras. Estas últimas serían hendiduras de mayor tamaño (hasta el punto de afectar a la sustancia blanca) y servirían para dividir el cerebro en varias partes (facilitando su estudio).
La mayor de todas ellas es la cisura longitudinal o interhemisférica, que divide al telencéfalo en dos hemisferios: uno izquierdo y otro derecho.
Los hemisferios están unidos por una estructura medial formada por sustancia blanca llamada cuerpo calloso. Está contiene miles de millones de fibras nerviosas que conectan todo el cerebro intercambiando información y posibilitando que trabaje como un todo.
Hay que destacar que a nivel sensorial y motor hay un cruzamiento y, por esto, el hemisferio izquierdo se encarga de la movilidad (y la percepción sensorial) del lado derecho del cuerpo y viceversa.
Además de la cisura longitudinal distinguimos otras cisuras muy importantes que dividen a cada hemisferio en cuatro lóbulos, que reciben el nombre del hueso del cráneo bajo el que se ubican: lóbulos frontal, temporal, parietal y occipital. En el centro del cerebro se sitúa la cisura de Rolando, separando los lóbulos frontal y parietal; de forma lateral aparece la cisura de Silvio, entre el lóbulo temporal y los lóbulos frontal y parietal. Hacia la parte dorsal se encuentra la cisura parietooccipital, que separa los lóbulos parietal y occipital.
La corteza cerebral está irrigada por ramas de las arterias cerebrales anterior, media y posterior (que provienen de la arteria carótida interna).
Lóbulo frontal
Se sitúa en la parte rostral del cerebro prolongándose hacia atrás hasta la cisura de Rolando y hacia abajo hasta la cisura de Silvio.
Sus centros nerviosos tienen por función el control de los movimientos voluntarios, la personalidad, la inteligencia, el pensamiento, la conducta, el razonamiento, la toma de decisiones, las emociones conscientes y el comportamiento sexual.
A lo largo de la cisura de Rolando se sitúa el área cortical motora. También presenta el área de Brocca, encargada de realizar los movimientos y la producción del habla (asociando las palabras con los movimientos para producirlas). Una lesión en la misma produce afasia (la persona entiende las palabras y piensa que las va a decir correctamente pero no puede articularlas). En las personas diestras está en el hemisferio izquierdo y en las zurdas en el hemisferio derecho.
Lóbulo temporal
Se sitúa debajo de la cisura de Silvio y se proyecta hacia atrás hasta contactar con el lóbulo occipital.
Contiene los centros de la percepción de la memoria y el equilibrio. En la parte superior, cerca del límite con los lóbulos frontal y parietal, están los centros nerviosos que controlan la recepción auditiva.
Presenta el área de Wernicke, relacionada con la recepción y comprensión del lenguaje hablado y escrito. Daños en esta zona ocasionan problemas en la comprensión y expresión del lenguaje. Como ocurre con el área de Brocca, en las personas diestras se encuentra en el hemisferio izquierdo y viceversa.
Por debajo de la corteza encontramos el sistema límbico que desempeña una función fundamental en la motivación y la emoción. Tiene varias regiones destacando el hipocampo (implicado en la memoria) y la amígdala (coordina las respuestas autónomas y endocrinas relacionadas con los estados emocionales).
Lóbulo parietal
Situado posteriormente a la cisura de Rolando llega hasta contactar posteriormente con el lóbulo occipital.
Justo detrás del área cortical motora del lóbulo frontal se encuentra el área somatosensorial, encargada de controlar las actividades sensitivas del olfato, el gusto, la audición y el tacto (incluidas las sensaciones de dolor, calor y presión).
Lóbulo occipital
Se ubica en la parte posterior de los hemisferios cerebrales. Ejerce el control de la visión permitiendo asociar e interpretar toda la información visual.
3.1.1.2. El diencéfalo
Se sitúa en posición medial y ventral de los hemisferios cerebrales y se continúa con el mesencéfalo (cerebro medio) del tronco encefálico. Está dividido en dos por el tercer ventrículo cerebral.
Está formado por dos estructuras: el tálamo y el hipotálamo.
a) Tálamo; procesa y distribuye casi toda la información sensorial y motora que accede al córtex cerebral. También se cree que regula el nivel de conciencia y los estados emocionales.
b) Hipotálamo; se encuentra debajo del tálamo. Regula el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino. Organiza las conductas relacionadas con la supervivencia: lucha/huida, hambre/sed, frecuencia cardiorrespiratoria, sueño/vigilia, calor/frío, ciclo menstrual,...
Se encuentra en la base del cráneo, por debajo de los hemisferios cerebrales y en dorsal del puente de Varolio y el tronco cerebral. Tiene forma ovoidea y está protegido por el hueso occipital.
Está formado por dos hemisferios con circunvoluciones separadas por surcos y una parte central llamada vermis. Como en el cerebro, la materia blanca se sitúa internamente (adoptando una forma ramificada) y la materia gris se sitúa externamente.
La función del cerebelo es armonizar todos los movimientos voluntarios del cuerpo consiguiendo que sean precisos y estén coordinados. Para ello también procesa la información para el mantenimiento y coordinación de la postura y del equilibrio.
Los daños en el cerebelo provocan pérdida del tono muscular, imposibilidad de mantener el equilibrio y movimientos descoordinados (que impiden cualquier acción precisa o compleja).
Está formado por tres estructuras principales: el mesencéfalo, la protuberancia o puente de Varolio y el bulbo raquídeo.
3.1.3.1 Mesencéfalo
Es llamado también cerebro medio y comunica el diencéfalo con el cerebro y el puente de Varolio. Está formado por: los pedúnculos cerebrales, los tubérculos cuadrigéminos y el acueducto de Silvio.
Su principal función es transmitir los impulsos que van y vienen de la corteza cerebral y recibir información de tipo visual y auditiva. Controlan los movimientos oculares y la coordinación de los reflejos visuales y auditivos con el sistema esquelético. Por este motivo, aquí se originan dos importantes nervios craneales: el tercer par (oculomotor) y el cuarto par (troclear o patético).
Los daños en el mesencéfalo dan lugar a trastornos visuales, auditivos y en los movimientos oculares.
3.1.3.2. Protuberancia o puente de Varolio
Se sitúa entre el mesencéfalo y el bulbo raquídeo y se comunica dorsalmente con el cerebelo.
Está formado por fibras nerviosas entrelazadas que hacen nexo entre la médula espinal y los hemisferios del cerebro.
De aquí parten los nervios craneales quinto (trigémino), sexto (oculomotor externo) y séptimo (facial).
3.1.3.3. Bulbo raquídeo
Es la porción más caudal del tronco encefálico, una prolongación de la médula espinal que se extiende hasta el puente de Varolio.
Su función es comunicar, mediante fibras nerviosas ascendentes y descendentes, la médula espinal y el encéfalo. Aquí se produce un entrecruzamiento de las fibras nerviosas por lo que las fibras nerviosas procedentes del hemisferio derecho se dirigen al lado izquierdo del cuerpo y viceversa.
También es fundamental en el control de funciones vitales como la deglución, la digestión, la respiración y la regulación del sistema cardiovascular. Controla reflejos de autoprotección como el vómito, la tos, ...
Aquí parten los pares de nervios craneales noveno (glosofaríngeo), décimo (neumogástrico), undécimo (espinal) y duodécimo (hipogloso).
Es la prolongación del encéfalo en forma de cordón y se aloja en la cavidad raquídea, protegida por las vértebras. Se extiende desde el bulbo raquídeo hasta la segunda vértebra lumbar (aproximadamente). El tramo final se ramifica formando la cauda equina.
La médula espinal presenta un ensanchamiento a nivel del tórax llamado plexo braquial (de donde parten los nervios que se dirigen a las extremidades superiores) y otro en la región lumbar llamado plexo lumbar (de donde parten los nervios que se dirigen a las extremidades inferiores).
Al igual que el encéfalo está recubierta de las meninges y presenta el líquido cefalorraquídeo.
La médula espinal tiene cuatro caras: una ventral, o anterior, otra dorsal, o posterior, y dos laterales.
a) Cara ventral; posee una hendidura en su parte central (surco medio ventral). Hacia ambos costados emergen las raíces motoras (eferentes) ventrales derecha e izquierda de los nervios raquídeos.
b) Cara dorsal; también posee un surco en la parte media pero mucho menos profundo que el de la cara ventral. A los costados de este surco ingresan en la médula las raíces sensitivas (aferentes) dorsales de los nervios raquídeos a través de los surcos laterales dorsales.
En la sustancia blanca, situada de forma externa, se conforman unos cordones nerviosos por los que ascienden las vías sensitivas en dirección al encéfalo y descienden las vías motoras que provienen del mismo.
En la zona central de la médula hay un conducto llamado epéndimo que desemboca en el cuarto ventrículo del encéfalo. Por este conducto circula líquido cefalorraquídeo lo que da protección a la médula ante eventuales traumas.
Además de su principal función como comunicadora del encéfalo con todo el cuerpo, la médula espinal actúa como centro de control de los actos reflejos. Esto es posible gracias a que en la sustancia gris existen interneuronas que sirven de nexo entre las fibras sensitivas y las motoras.
4. Sistema nervioso periférico (S.N.P.)
Hay 31 pares de nervios raquídeos cuya denominación depende de la zona de la columna vertebral de la que parten:
· 8 pares de nervios cervicales (C1 a C8).
· 12 pares de nervios torácicos (T1 a T12).
· 5 pares de nervios lumbares (L1 a L5).
· 5 pares de nervios sacros (S1 a S5).
· 1 par de nervios coxígeos (C1).
Algunos nervios forman redes de axones formadas por las raíces anteriores que se denominan plexos nerviosos (como los plexos cervical, braquial, lumbar, sacral y coxígeo que vemos en el dibujo).
a) Dopamina; regula la actividad motora y los niveles de respuesta en muchas partes del cerebro. La degeneración de las neuronas dopaminérgicas da lugar a la enfermedad de Parkinson. Se cree que niveles demasiado altos de dopamina influyen en la esquizofrenia, trastorno que produce alucinaciones, ilusiones y deterioro de los procesos lógicos del pensamiento.
b) Serotonina; interviene en la regulación de los estados de ánimo, en el control de la ingesta, el sueño y en la regulación del dolor. Se la considera el agente químico del “bienestar” y actividad es potenciada por el fármaco Prozac(R) (fluoxetina), que alivia los síntomas de la depresión.
c) Noradrenalina o norepinefrina (NA); transmisor de los nervios simpáticos del SNA que interviene en las respuestas de emergencia: aceleración cardiorrespiratoria, dilatación de los bronquios, subida de la tensión arterial, preparación de la musculatura para una actividad intensa, etc etc
d) Acetilcolina (ACh); actúa como mensajero en todas las uniones entre la neurona motora y el músculo. Cuando las células musculares liberan acetilcolina, el músculo se contrae. El curare, un veneno que los indios amazónicos aplican a la punta de sus flechas, ocupa y bloquea los receptores de ACh provocando una parálisis total. Este agente químico también regula las áreas del cerebro relacionadas con la atención, la memoria y el aprendizaje. Las personas con Alzheimer tienen bajos niveles de Ach en la corteza cerebral y los fármacos que potencian su acción mejoran la memoria en estos pacientes.
e) Encefalinas y endorfinas; opiáceos endógenos que regulan el dolor y la tensión nerviosa aportando una sensación de calma y control.
Son peligrosas pues dañan el cerebro y si la hemorragia es significativa ocasiona un aumento de presión dentro del cráneo que debe eliminarse mediante un agujero en el cráneo (craneotomía) para drenar el fluido.
b) Sífilis; infección que en su estado avanzado ataca al SNC causando psicosis, demencia y, finalmente, la muerte. Es una enfermedad de transmisión sexual y era muy grave y epidémica hasta la implantación de los antibióticos. Como todas las ETS está aumentando los últimos años por una baja percepción del riesgo y es una enfermedad muy peligrosa. Por esta y otras enfermedades muy graves siempre debemos tomar precauciones en las relaciones sexuales.
Para averiguar si hay una infección que afecta al líquido cefalorraquídeo se efectúa una punción lumbar; obteniendo una muestra del mismo de la médula espinal.
10.2.3. Neurotoxinas
En algunos accidentes traumáticos se produce un seccionamiento de la médula espinal que provoca la parálisis y pérdida de sensación de las zonas controladas por la médula. Por eso es muy importante no mover a los accidentados y avisar de inmediato a los servicios de urgencias (podemos estar causando más daños que el propio accidente si su columna o su cráneo están dañados). Una de las principales causas de estas lesiones, tras los accidentes de tráfico, durante el verano son las zambullidas de cabeza en piscinas, ríos o pantanos.
Enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como un deterioro cognitivo y que acarrea diversos trastornos conductuales.
En su forma típica presenta una pérdida progresiva de la memoria y otras capacidades mentales a medida que se va produciendo la atrofia de diversas partes del cerebro. Conduce a una demencia severa y a una incapacidad de pensar, hablar o realizar las tareas más básicas de sustento vital.
10.4.2. Enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta el movimiento. Los síntomas comienzan gradualmente. A veces, comienza con un temblor apenas perceptible en una sola mano. Los temblores son habituales, aunque la enfermedad también suele causar rigidez o disminución del movimiento.
En las etapas iniciales de la enfermedad de Parkinson, el rostro puede tener una expresión leve o nula. Es posible que los brazos no se balanceen cuando caminas. El habla puede volverse suave o incomprensible. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson se agravan a medida que esta progresa con el tiempo.
A pesar de que la enfermedad de Parkinson no tiene cura, los medicamentos podrían mejorar notablemente los síntomas. En ocasiones, el médico puede sugerir realizar una cirugía para regular determinadas zonas del cerebro y mejorar los síntomas.
El origen del trastorno es un déficit de dopamina por la degeneración de las neuronas de la sustancia negra del encéfalo.
Lo que solemos llamar enfermedades mentales son una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del individuo de tal forma que se presentan como anormales con respecto al grupo social de referencia. Esta alteración se manifiesta en trastornos del razonamiento, del comportamiento, de la facultad de reconocer la realidad y de adaptarse a las condiciones de la vida.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante.
Las personas que padecen esquizofrenia necesitan recibir tratamiento durante toda la vida. El tratamiento temprano puede ayudar a controlar los síntomas antes de que se desarrollen complicaciones más graves y puede mejorar el pronóstico a largo plazo.
Sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias. Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanzan un máximo en una cuestión de minutos (ataques de pánico).
Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden durar un largo tiempo. Con el propósito de prevenir estos sentimientos, puede suceder que evites ciertos lugares o situaciones. Los síntomas pueden empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la edad adulta.
Algunos ejemplos del trastorno de ansiedad son: trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social (fobia social), fobias específicas y trastorno de ansiedad por separación. Puedes tener más de un trastorno de ansiedad. A veces, la ansiedad surge de una enfermedad que requiere tratamiento.
Cualquiera sea el tipo de ansiedad que padezcas, un tratamiento puede ayudar.
Una fobia es un miedo intenso y progresivo o ansiedad por un determinado objeto, animal, actividad o situación que ofrece poco o ningún peligro real.
Las fobias específicas son un tipo de trastorno de ansiedad en el cual una persona puede sentirse extremadamente ansiosa o tener un ataque de pánico cuando es expuesta al objeto del miedo. Las fobias específicas son un trastorno psiquiátrico común y responden bien a los tratamientos.
La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera de vez en cuando durante períodos cortos.
La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más. Los tipos más comunes son:
a) Depresión mayor; sucede cuando los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria por semanas, o períodos más largos de tiempo.
b) Trastorno depresivo persistente; Se trata de un estado de ánimo depresivo que dura 2 años. A lo largo de ese período de tiempo, puede tener momentos de depresión mayor junto con épocas en las que los síntomas son menos graves.
c) Depresión posparto; muchas mujeres se sienten algo deprimidas después de tener un bebé, pero la verdadera depresión posparto es más grave e incluye los síntomas de la depresión mayor.
d) Trastorno afectivo estacional (TAE); Ocurre con mayor frecuencia durante las estaciones de otoño e invierno, y desaparece durante la primavera y el verano, muy probablemente debido a la falta de luz solar.
e) Depresión mayor con características psicóticas; sucede cuando una persona padece de depresión con una falta de contacto con la realidad (psicosis).
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se caracteriza por un patrón de pensamientos y miedos no deseados (obsesiones) que provocan comportamientos repetitivos (compulsiones). Estas obsesiones y compulsiones interfieren en las actividades diarias y causan un gran sufrimiento emocional.
Puedes intentar ignorar o detener tus obsesiones, pero eso solo aumenta tu sufrimiento emocional y ansiedad. Finalmente, sientes la necesidad de realizar actos compulsivos para tratar de aliviar el estrés. A pesar de los esfuerzos por ignorar o deshacerte de los pensamientos o impulsos que te molestan, estos vuelven una y otra vez. Esto conduce a más comportamientos ritualistas, el círculo vicioso del trastorno obsesivo compulsivo.
El trastorno obsesivo compulsivo a menudo se centra en ciertos temas, por ejemplo, un miedo excesivo a contaminarse con gérmenes. Para aliviar los temores de contaminación, puedes lavarte compulsivamente las manos hasta que estén irritadas y agrietadas.
10.5.5. Psicosis
La psicosis es un término genérico utilizado en psiquiatría para referirse a un estado mental descrito como una escisión o pérdida de contacto con la realidad. A las personas que lo padecen se las denomina psicóticas (no debemos confundir con psicopatía, una enfermedad que no tiene nada que ver, igual que no debemos confundir los términos psicótico con psicópata).
Las personas que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado. Estos síntomas pueden ser acompañados por un comportamiento inusual o extraño, así como por dificultad para interactuar socialmente e incapacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria.
La psicosis puede aparecer como consecuencia de un gran número de enfermedades, tales como la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, episodios maníacos o depresivos del trastorno bipolar, el Alzheimer, el Parkinson, la epilepsia o la esclerosis múltiple.
El trastorno bipolar, antes denominado «depresión maníaca», es una enfermedad mental que causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión).
Cuando te deprimes, puedes sentirte triste o desesperanzado y perder el interés o el placer en la mayoría de las actividades. Cuando tu estado de ánimo cambia a manía o hipomanía (menos extrema que la manía), es posible que te sientas eufórico, lleno de energía o inusualmente irritable. Estos cambios en el estado de ánimo pueden afectar el sueño, la energía, el nivel de actividad, el juicio, el comportamiento y la capacidad de pensar con claridad.
Los episodios de cambios en el estado de ánimo pueden ocurrir en raras ocasiones o muchas veces por año. Aunque la mayoría de las personas presenten síntomas emocionales entre los episodios, es posible que algunas no presenten ninguno.
Aunque el trastorno bipolar es una afección de por vida, puedes controlar los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento. En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar se trata con medicamentos y apoyo psicológico.
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